viernes, 22 de septiembre de 2017

CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA. ¿QUIÉN?
Ella se despertó, el domingo, a las 8 de la mañana. Como todos los domingos.
Tras un ligero desayuno, se lanzó a las calles de Barcelona para seguir su ruta habitual de “footing”.
Era un día soleado, como tantos. Aunque pronto notó algo diferente en el ambiente. Se veía agrupaciones de gente, numerosas banderas, colas en algunos lugares, más policía de lo normal.
XXX era una persona con sus cosas, sus rutinas, de las que no siguen los noticiarios, que sabe que lo que importa es lo que uno mismo hace en la vida, sin seguir consignas. Por esto, le molestaban tanto los políticos como los clérigos, gente empeñada en ordenar nuestras vidas.
Fatalmente, al doblar una esquina, cerca de un colegio, sintió un impacto doloroso en el pecho, perdió aliento… y falleció.
Hasta aquí, una historia desgraciada, si no fuera porque fue el detonante político de mayores consecuencias, desde la muerte del dictador.
Fue una bala rebotada, disparada por un policía, que trataba de contener a la masa enloquecida que lo agredía, a las puertas de un supuesto colegio electoral.
Fue una bala despistada, lanzada desde la masa que intentaba repeler la barrera de policías que se encontraba a las puertas de un supuesto colegio electoral.
Tú mismo puedes elegir el final de la historia.
XXX fue la primera víctima de un final largamente anunciado.


Joan M. Garcia, septiembre 2017

jueves, 14 de septiembre de 2017

el problema de Cataluña

Mucho se habla estos días del problema de España, que si no se adapta a los cambios, que si su estructura territorial, que si la inmovilidad del Gobierno...
Casi todos los intervinientes en el debate reparten culpas de la situación actual entre la Generalitat / Parlament de Catalunya y el Gobierno central, unos poniendo el acento en una de las partes, otros manteniendo una equidistancia...
Pero muy pocos inciden en el, a mi entender, gran problema de Catalunya, tras el 1-O. Porque, ¿es que van a cambiar las pretensiones nacionalistas de independencia, representadas por sus políticos?. Y si ello no es así, ¿Cómo van a aceptar/tragar la derrota que se les avecina?.
La pequeña historia de la democracia española se ha enfrentado a dos situaciones, al menos, tan desafiantes como la actual: el golpe de estado, y el terrorismo de ETA. Su solución, o disolución ha llegado, no porque el Estado haya cambiado de modos o de leyes, sino porque la firmeza constitucional ha convencido a los golpistas (y sus seguidores) por un lado, y a los nacionalistas radicales vascos (y toda su cohorte de simpatizantes, que no olvidemos era mayoritaria en Euskadi e incluso amplia en Europa) de que era imposible obtener sus objetivos.
Esto es así porque la fuerza democrática de la Constitución era tan abrumadora frente a sus pretensiones, que con el paso del tiempo se ha impuesto la razón en aquellos que aún dudaban.
Este es el problema de Cataluña: todo el universo creado alrededor del nacionalismo radical, ha de cambiar de discurso, so pena de provocar una fractura que, con el paso de los años, va a empobrecer el enorme capital social/económico/cultural que aún poseen los catalanes.
No se puede seguir indefinidamente con el España me roba, con la tergiversación de la historia, con el victimismo propio de sociedades acomplejadas, con la carencia, en definitiva, de asumir la modernidad, de asumir la responsabilidad de procurar un mundo mejor, sin complejos, sin ligaduras con el pasado.

Joan M. Garcia     septiembre 2017