domingo, 9 de noviembre de 2014

Catalanes caralsol

He de confesar que siempre me cayeron bien. Veía TV3 y me parecía estar en Europa, con gente civilizada que discutía sin chillar, sin ofender. Paseaba por Barcelona y como en París, tan cosmopolita. Soy valenciano que habla catalán, que siempre tuvo simpatía con los países catalanes. Creí en las autonomías, en los poderes cercanos al pueblo, hasta que me di cuenta que los de mi Ayuntamiento me roban con sus impuesto infinitos, los de la Generalitat también me roban con sus corruptelas sin fin, los de Madrid otro tanto, con sus leyes que amparan a los ladrones. Mi esperanza política se va acotando: regeneración democrática en España, y más integración en Europa.
Por todo ello, no puedo comprender a las masas exaltadas, las que desfilan con banderas, a los líderes iluminados que utilizan el poder para aún exaltarlas más, como si la experiencia del último sigo en Europa no hubiera servido de nada: los totalitarismos siempre se han alzado sobre un pueblo en crisis, buscando un enemigo fácil (el zar, el capital, el judío), en este caso España, el ser español. ¿Acaso piensan que sus políticos les van a llevar a la Arcadia, al Paraíso?.
Ahora me dan lástima, tan aborregados. Siempre admiré el orgullo del amor a la tierra, a lo propio, en los andaluces, en los gallegos, en los franceses, en cualquier pueblo... Pero, cuando este orgullo se transforma en soberbia, ya no es amor por lo propio, es odio hacia lo diferente. Y en estas estamos: un pueblo adoctrinado que sigue a unos líderes iluminados e irresponsables: un coctel explosivo, que, de mirar hacia atrás, ya sabemos cuánto dolor ha de causar.

Joan Miquel Garcia

Oliva, 6 de noviembre de 2014

jueves, 31 de julio de 2014

balanza fiscal CV

Se han publicado las balanzas fiscales de las autonomías en España. Por fin sabemos la verdad: la CV es deficitaria, es decir, paga más de lo que recibe del Estado. Pero, al mismo tiempo, es la única (una anomalía, según los redactores del informe) que, teniendo una renta por habitante por debajo de la media española, paga más de lo que recibe.
El muy honorable Camps estará de enhorabuena: otra vez somo los primeros, los únicos, los mejores. Ninguna comunidad hace lo que los valencianos: somos del pelotón de los pobres pero pagamos como los ricos. OLÉ. Esto sí que es “ofrendar glorias a España”. Aún en la miseria, a pesar del paro y la parálisis económica, lo que recaudamos se lo damos a España, madre de nuestra patria, sol que nos ilumina, cielo que nos protege.
Para qué ser redundantes: mayor fracaso escolar, más destrucción de empleo, mayor pérdida de renta en los últimos diez años, mayor número de imputados diputados (del PP) que cualquier otra comunidad, etc. etc. Todo son superlativos, pero para peor.

Al fin y al cabo, parafraseando al muy honorable (por no decir mentiroso, corrupto, idiota, imbécil, payaso…) Camps: “en la Comunidad Valenciana, som els millors”. Así nos va, así nos ha ido: sin tele propia, sin bancos propios, sin cuentas propias, sin grandes ni pequeños eventos, …, sólo con el orgullo del papanatas, aquél que tenían los ignorantes: “no tenim ni pa menjar, pero mira que ens divertim”.

sábado, 21 de junio de 2014

El otro discurso de Felipe VI

En ese marco de esperanza quiero afirmar, como Rey, mi absoluta convicción de que la unidad de España está caducada, en la actual forma de convivencia. Son las Españas, con sus diferentes naciones, aquellas que la historia forjó durante siglos, las verdaderas protagonistas de nuestro futuro.

Señoras y Señores diputadas/os y senadoras/es: pido perdón por la miopía histórica de la estirpe de los borbones, que, desde su llegada a la corona de España, nunca ha sabido entender la forma de relacionarse entre sus diferentes partes. Hemos tratado de imponer la igualdad, mejor dicho, el sometimiento centralista a todos los pueblos, incluido el de Castilla. En el siglo XXI hay que mirar al pasado, que es fuente de enseñanzas: la tradición confederal de la Corona de Aragón, el sometimiento de los Reyes de Castilla a sus Cortes, los fueros que perduraron hasta el S XVIII, respetando la volutad legisladora y las costumbres de las diferentes nacionalidades, son, entre otros, fuente de enseñanzas.

Miro a la historia también, y en ella me inspiro para ser el Rey de todas/os las/os españolas/es, de todas la Españas: ofrezco la mano de mi hija Leonor al hijo predilecto de Cataluña (sea de Convergència o de Esquerra), que será elegido por su soberano Parlament. Ofrezco la mano de mi hija Sofia, a la del emeniente vascón elegido por su Parlamento. Instaré a las autoridades del Gobierno, a que promuevan la modificación necesaria en la Constitución Española, para que, en un futuro, cambie a Reino de Las Españas, y que la forma de reinado sea, al modo de la corona de Aragón, compartida e itinerante. Asimismo animo a mi esposa y Reina de España, a que procreemos sin cesar, pues también los gallegos son nación, y quién sabe, si algún día valencianos, murcianos, aragoneses, leoneses, navarros y tantos otros pueblos, merecen tal rango por sus hechos y lealtad a Las Españas.

Viva ESPAÑA. Visca CATALUNYA. Gora EUSKADI. Viva Galízia.

Joan Miquel

domingo, 5 de enero de 2014

Nacionalismo, Xenofobia, Referéndum.

Nacionalismo, Xenofobia, Referéndum. Esta crisis (una más en la Historia) nos vuelve a mostrar la cara oscura del género humano: cuando se derrumban los fundamentos sociales, buscamos el enemigo que altera nuestro “bienestar”. Europa es un libro abierto. En los países ricos regresa la xenofobia: ahí está Francia expulsando gitanos, Alemania y Holanda restringiendo su entrada, Inglaterra también. Los neo nacionalismos están en alza: contra Europa, contra España. Curiosamente, son los países pobres los que buscan la integración: Rumanía, Hungría, Lituania... son los más pro europeos. Cuanto más rico, más conservador: no quieres que nadie ni nada (ninguna persona ajena a tu “raza”, ningún estado u organización diferente a la tuya) te quite lo que tienes (conseguido, claro está, con la mano de obra barata de aquellos que ahora rechazas). Si Marx levantara la cabeza...¡vería el mundo del revés!. Un partido que se denomina de izquierdas (Esquerra Republicana), junto a uno de derechas (Convergencia i Unió) luchando juntos por el más nefasto de los objetivos políticos: la exclusión, la separación. Al fin y al cabo, las guerras siempre han unido al pueblo (todo) contra el enemigo. El único referéndum que hoy en día valdría la pena, en Cataluña, en España y en Europa sería el que preguntara si abolir definitivamente las fronteras para crear un espacio europeo de libertad, democracia, justicia y solidaridad. ¿Quién obtendría más votos: Cataluña o Europa?. Joan Miquel Garcia Oliva, 5 de enero de 2014