sábado, 24 de octubre de 2009
No es preciso estar siempre riendo
No es preciso estar siempre riendo, señor CAMPS. A veces, cuando estamos preocupados, el semblante serio transmite ese estado de ánimo. Usted tiene motivos, esta semana, para estar preocupado. El conocerse públicamente sus relaciones (y las de sus amigos) con los tramposos, es motivo de preocupación, y vergüenza. Más aún, cuando estos tramposos se han burlado de usted y de su partido. Ha tenido que adoptar medidas que a nadie gusta, y esto es motivo de preocupación. Pero no es menor motivo de ello la que nos cae en la CV desde hace algunos años, y con más fuerza este último: el mayor incremento de paro de España, la mayor destrucción de tejido productivo a todos los niveles, los mayores índices de fracaso escolar... Con todos estos ingredientes, uno no estaría sólo preocupado, es para estar deprimido. Sin embargo, como a UD le votan, y cada vez más, pues no se preocupa. Le recuerdo que a muchos dirigentes que también les votaban mucho (dictadores que surgieron desde democracias), avergonzaron a sus pueblos durante muchos años, aun cuando hubieron desaparecido. Pero éste no es su caso, mejor dicho, afortunadamente no es el caso de España: aquí, de momento, las urnas aún le pueden sustituir. Estos dirigentes, como UD, vivían en otro mundo, el de su fantasía y trataban de igualar la realidad a la misma. Usted se esfuerza en ello denodadamente: parques temáticos, carreras de coches, palacios fastuosos... como los niños. Esto me recuerda el nombre de todos los que no paran de reír, aunque no haya motivos para ello: payasos.
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