Es la época de lo más, lo mejor, lo mayor...
Si hubiera más superlativos, todos se utilizarían, porqué?
La mejor liga del mundo, el mejor jugador del mundo, el partido del siglo, son frases habituales en el deporte.
Todas las ciudades tienen lo más: la mejor plaza del mundo, el mejor museo del mundo...
Todos los periodistas son trascendentes: es un momento histórico (cualquier acontecimiento) se repite sin cesar.
A cualquiera se le pone en la historia: el mítico jugador, el mítico personaje...
Los políticos, ni qué decir: sus CA son las mejores de España, las más ricas, las mejores...
De Camps ni hablar, la CV bate récords en todos los campos (positivos según él, negativos según otros).
Del tiempo ni qué decir: tempestades nunca vistas, temporales de nieve (a cualquier nevada), lluvias torrenciales
(las de todos los años), el invierno más cálido (todos los inviernos) o el más frío...
Y el sol sale todos los días, la rutina en nuestras vidas es continua y cotidiana, y no entendemos nada,
por mucho que se empeñen. Ellos (los comunicadores, los publicistas, los periodistas, los políticos)
están en otro planeta, el virtual, el que nos entretiene.
lunes, 17 de mayo de 2010
jueves, 13 de mayo de 2010
El valiente
Ahora el Sr. Camps se nos declara un VALIENTE, comparándose, ni más ni menos que a "Juan sin miedo". No le teme a nadie ni a nada.
Recordemos la historia: Juan no sabía que era el miedo, y pasaba una prueba tras otra, en castillos, en calabozos, de noche, ante calaveras, frente a monstruos, simpre sin sentir ni el mínimo cosquilleo, confiado en su espada y en su VALOR.
Nuestro valiente tampoco siente el temor. Desde hace años que sortea con todos los monstruos que a un político de su rango se le aparecen: el paro, la economía, la desigualdad, el fracaso escolar... todas esas pesadillas que harían temblar a cualquiera, al Sr. Camps ni le alteran el sueño. Él confia en su espada triunfadora: la ignorancia, la propaganda, la plebe que siempre lo vota, lo adula, lo jalea.
Pero ayer, tras haber decidido los tribunales que lo van a seguir investigando por lo de los trajes, sin que nadie se lo pregunte, él ya lo afirma (excusatio non petita acusatio manifesta): no tengo miedo de nada. ¿Será el pez que bajo las sábanas hizo temblar a Juan?.
Es un capítulo más en esta hisotrieta de nuestro honorable: ha pasado de PAYASO optimista que siempre se ríe, a PAYASO mudo con sonrisa congelada, y ahora a VALIENTE al que no asustan ni las crisis, ni las estadísticas, ni los trajes, ni los jueces. Se vuelve a cumplir la ley de Murphy: siempre nos sorprende para peor.
Recordemos la historia: Juan no sabía que era el miedo, y pasaba una prueba tras otra, en castillos, en calabozos, de noche, ante calaveras, frente a monstruos, simpre sin sentir ni el mínimo cosquilleo, confiado en su espada y en su VALOR.
Nuestro valiente tampoco siente el temor. Desde hace años que sortea con todos los monstruos que a un político de su rango se le aparecen: el paro, la economía, la desigualdad, el fracaso escolar... todas esas pesadillas que harían temblar a cualquiera, al Sr. Camps ni le alteran el sueño. Él confia en su espada triunfadora: la ignorancia, la propaganda, la plebe que siempre lo vota, lo adula, lo jalea.
Pero ayer, tras haber decidido los tribunales que lo van a seguir investigando por lo de los trajes, sin que nadie se lo pregunte, él ya lo afirma (excusatio non petita acusatio manifesta): no tengo miedo de nada. ¿Será el pez que bajo las sábanas hizo temblar a Juan?.
Es un capítulo más en esta hisotrieta de nuestro honorable: ha pasado de PAYASO optimista que siempre se ríe, a PAYASO mudo con sonrisa congelada, y ahora a VALIENTE al que no asustan ni las crisis, ni las estadísticas, ni los trajes, ni los jueces. Se vuelve a cumplir la ley de Murphy: siempre nos sorprende para peor.
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