jueves, 4 de noviembre de 2021

LOS IMPUESTOS DE LA DESIGUALDAD/VIVIENDA

Todos lo sabían, pero ninguna administración ni partido lo denunció: la plusvalía, especialmente desde 2008, no era un impuesto, era un atraco. ¿O es que el incremento del valor de los inmuebles urbanos viene dado por ley? ¿Pero no estamos en un mercado libre? Algunos sí (los pagadores), otros no (los recaudadores).

Con el impuesto sobre la propiedad de las viviendas (IBI) pasará algo parecido: es contradictorio pregonar la vivienda para todos, y seguir subiendo la carga fiscal sobre los inmuebles residenciales. Pero, como es la principal fuente de financiación de los ayuntamientos... es intocable (se decía lo mismo de la plusvalía).

El catastro es un impuesto sobre el patrimonio inmobiliario nacido de la revolución francesa: a los nobles les quitaron títulos y prebendas, pero no sus propiedades. Se instauró el impuesto para que pagaran por ellas. Pero hoy en día, los propietarios (de viviendas) no son pocos: el 70% de las familias españolas tienen una (al menos) en propiedad. Al no ser un impuesto progresivo, favorece al rico frente al pobre, y fomenta la desigualdad social.

El IBI, en la primera vivienda, la que es soporte del derecho constitucional, debería ser insignificante, y aumentar progresivamente con la segunda y restantes. Esto es política de redistribución, no la continua palabrería y publicidad de los políticos.

Es necesario establecer una discusión pública sobre la fiscalidad, la justicia y la desigualdad. En la administración local (su financiación) es especialmente sangrante la cantidad de impuestos y tasas y las diferencias enormes entre unos y otros: uno no suele elegir dónde nacer, seguramente tampoco dónde vivir y trabajar, pero en su ciudad puede pagar tres veces más que en la vecina al iniciar una actividad, o matricular un coche, o pagar la basura, etc. Injusto, desigual, antisocial...

Si nuestros poderes públicos dedicaran una pequeña parte del tiempo que destinan/pierden en propaganda/discusiones bizantinas, a reflexionar sobre estos temas, y a adoptar políticas (y por lo tanto leyes) de redistribución, justicia e igualdad de oportunidades para el conjunto de los ciudadanos, no sucedería que un tribunal tenga que anular un impuesto (histórico), por la dejadez y falta de responsabilidad que actualmente les caracteriza.

Juanmi Garcia. Noviembre 2021.

miércoles, 4 de agosto de 2021

las nuevas religiones

son los tiempos que  corren. cada época tiene las suyas. son religiones, en sentido amplio: se necesita FE para creer en su DIOS, el ente inaprensible que a todos nos juzga, que nos ilumina, que es omnipresente y a TODO alcanza. como debe ser tienen sus sacerdotes, sus castigos y su sistema de perdón y redención. ahora, los fieles se confunden con los clérigos, los altares están en las nubes, los sermones se imparten por cualquier medio, el mensaje y la doctrina se repiten sin descanso. todos somos culpables, ya que nacimos así, pues todos respiramos (emitimos CO2), todos consumimos (mermamos recursos), todos queremos vivir, pues, esto es lo PEOR, somos HUMANOS.

jmgp verano 2021

jueves, 20 de mayo de 2021

 Las sobras del ayuntamiento.

Ahora tenemos más de 5 millones para gastar. Tras varios años ahorrando, más por imposición del gobierno que por  convicción, vuelven los planes "zapatero o confianza". Como siempre, en cuanto queremos que se note nuestra administración, hacemos obras, cosas que se ven, se palpan. Más aún si estamos a dos años de las elecciones, es decir, que estarán para inaugurar en el momento oportuno. Parece haber olvidado el ayuntamiento que su superávit se debe, sobre todo, al esfuerzo ciudadano, tras los sucesivos aumentos de impuestos, desde el catastrazo de 2012, hasta las tasas, ICIOs y demás. Es por ello  que seguramente sería mejor emplear este remanente para aligerar estos impuestos y tasas, para apoyar más decididamente a los perjudicados por la pandemia, para devolver, en definitiva, el dinero al que lo ha ahorrado. Sin embargo, una nueva sarta de ocurrencias, desde reparar aceras, hasta remodelar parques,  cuestiones no despreciables, pero que se solucionan mejor con programas serios de renovación urbana, los cuales, por  cierto, gozan de importantes subvenciones por parte de otras administraciones de rango superior. Otra oportunidad perdida.

Juanmi 2021-05